Planeta Running 6
Parecía que el éxito le había caído del cielo, eso comentaban todos sus compañeros. Pedro comenzó con el running por casualidad. Un día, tras el trabajo, conoció al grupo de amigos de sus compañeros: unos runners convencidos. Salían a correr un par de veces por semana, parecían un grupo muy agradable. Y Pedro decidió apuntarse. Nunca hubiera imaginado que aquello fuera tan relajante y divertido, y lo mejor: aquello no se le daba mal.
Parecía que el éxito le había caído del cielo, eso comentaban todos sus compañeros. Pedro comenzó con el running por casualidad. Un día, tras el trabajo, conoció al grupo de amigos de sus compañeros: unos runners convencidos. Salían a correr un par de veces por semana, parecían un grupo muy agradable. Y Pedro decidió apuntarse. Nunca hubiera imaginado que aquello fuera tan relajante y divertido, y lo mejor: aquello no se le daba mal. Así que se aficionó, y tras varios meses de entrenamiento llegó la primera carrera local a la que decidió apuntarse. El resultado fue tan sorpresivo, que no cabía de asombro. Claro, no quedó el primero, pero los resultados obtenidos estaban más que bien. “En la próxima, arraso”, decía Pedro. Y manos a la obra. De tres veces en semana, pasó a correr todos los días e iba aumentando cada vez más el tiempo de las sesiones de entrenamiento. Pedro tenía la falsa creencia de que “cuanto más entrene, mejores resultados obtendré”.
La situación de Pedro es el comienzo del Síndrome de Sobreentrenamiento, un síndrome que se produce, principalmente, por una sobrecarga del trabajo deportivo, debido a una incorrecta dosificación de las cargas de entrenamiento aplicadas que se puede agravar si existen otros factores que produzcan estrés en el deportista (problemas personales, presión por las competiciones, etc.) y que desemboca en una disminución de su rendimiento.
El burn-out se caracteriza principalmente por tres variables:
- Agotamiento físico y emocional: poca energía, bajo interés, pérdida de confianza y autoestima.
- Sentimientos negativos con relación al deporte que se practica y todo lo que le rodea: el deportista no disfruta, piensa que es un suplicio en lugar de una diversión y un modo de vida. La ilusión con la que antes nos poníamos las zapatillas y la ropa deportiva se vuelve ahora en postergar (saldré a correr mañana, o más tarde…), en una búsqueda de excusas para no practicarlo (hace mal tiempo, tengo trabajo, creo que estoy resfriado), cuando antes estas excusas eran salvadas o ni siquiera existían.
- Devaluación deportiva: se empieza a perder eficacia en la práctica deportiva, se tiene la sensación de que no se avanza. Este bucle de retroalimentación negativa provoca un bajo rendimiento y pérdida de eficacia, que además ayudan a sobrevalorar otra vez la baja autoestima, la sensación de que estamos perdiendo el tiempo y que las desventajas de practicar el deporte en cuestión superan los beneficios que en un principio me ofrecía, la pescadilla que se muerde la cola.
Pero no solo es el sobreentrenamiento lo que puede conducir al burn-out.
Existen otras variables que pueden incidir en su aparición. Revisa la situación en la que te encuentras y piensa si:
– Tu entrenador o tú os estáis exigiendo más de lo que se debería. Recuerda que cada persona tiene su propio límite. Muchos entrenadores son idealistas y se sienten afortunados cuando encuentran una persona con talento, con garra y con ganas de comerse el mundo. Sin darse cuenta, proyectan en el deportista toda su ilusión, que en muchas ocasiones sobrepasa la realidad y cuando te has dado cuenta, estás entrenando más de lo que en principio era tu objetivo, te empiezas a obsesionar con la ropa, los alimentos, hablando solo del running, con los programas de televisión y terminas convirtiendo en monotema tu nuevo deporte, cuando al principio habías empezado a practicarlo como hobby y como una forma de vida saludable.
Nuestro método de trabajo
¿Qué te pasa?
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Comprende: el primer paso hacia tu cambio
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¿Nunca has visitado un psicólogo? Estas son las dudas más comunes
¿Cuál es el precio de las sesiones?
El precio total dependerá del número de sesiones que necesites, aunque te indicaremos un precio por sesión. El número de sesiones variará en función del problema a tratar, de lo arraigado que esté, de la propia persona y de su evolución. Ahora sí, cuanto más te impliques en la terapia, antes notarás los resultados. Contacta con nosotros para obtener más información.
¿Cuál es la duración y frecuencia de las sesiones?
Las sesiones suelen ser semanales, de 1 hora de duración aproximadamente, y se van espaciando a medida que avanzamos en la terapia. Esta duración e intervalo temporal se han establecido como los más adecuados para lograr la eficacia en la terapia ¿Por qué? En una hora de consulta nos da tiempo a revisar lo acontecido entre sesiones y avanzar con nuevas técnicas. Que la frecuencia sea una vez a la semana nos permite que tengas tiempo suficiente para poner en práctica lo aprendido en consulta. Si dejamos mucho espacio entre sesiones, el avance decae.
¿Qué corriente de Psicología seguimos y qué técnicas utilizamos?
Las técnicas y herramientas avaladas científicamente, prácticas y aplicadas. Principalmente vamos a trabajar con la psicología cognitivo conductual. Esto significa que vamos a centrarnos en tus pensamientos, en cómo interpretas las situaciones y cómo te hablas a ti mismo. Basándonos en ello, así sientes y te comportas. Aprenderemos también técnicas más conductuales, en las que incidiremos directamente en tu comportamiento. La terapia de aceptación y compromiso, las terapias de tercera generación en general o alguna técnica de coaching, también nos serán de ayuda en algún momento, todo dependerá de tus necesidades y tu situación personal. Siempre recibirás tras cada sesión una hoja resumen sobre lo trabajado en consulta y las herramientas que debes poner en práctica (podrás tener lecturas, registros, cuestionarios, etc.). Este trabajo deberás traerlo cada semana a consulta.
¿Cuántas sesiones voy a necesitar?
Es importante que entiendas que los cambios no se producen de la noche a la mañana y que cada persona responde de forma diferente. Todo cambio necesita su proceso y su tiempo. Es importante que tengas un poco de paciencia, pero, sobre todo, que trabajemos codo con codo para conseguirlo. No obstante, verás cómo antes de que te des cuenta empezamos a notar tu evolución y créeme, yo insistiré mucho en que lo percibas. El cambio está hecho de pequeños pasos y a veces, cuando estamos inmersos en un proceso de cambio, es fácil que no le des la importancia que merecen, pero son un gran paso hacia tus objetivos.
¿Presencial u online?
Las sesiones son presenciales u online. En el caso de que tengas dificultad para desplazarte las sesiones pueden realizarse a través de videoconferencia. Está demostrado que la eficacia terapéutica es la misma, ya que vamos a poder escucharnos, te puedo compartir la pantalla para explicarte y entender qué te pasa y las herramientas que necesitas y me devolverás vía email las tareas para casa.