Ejercicio: empieza y ¡mantente!

Seguro que muchos de vosotros os pusisteis como propósito de año nuevo empezar a hacer ejercicio físico. Elegisteis qué ibais a practicar: spining, running, un poquito de aerobic, o a darla caña al cuerpo en la piscina. Os plantasteis el primer día de rebajas en la tienda de deportes más chula de la ciudad, os equipasteis hasta los dientes, os dirigisteis muy decididos a un gimnasio completísimo y con unas instalaciones excepcionales e hicisteis la matricula.

Hasta aquí, todo bien. Vamos por buen camino. Comenzó vuestra andadura. De 4 días a la semana que te juraste que asistirías al gimnasio, ya vas por dos… si la semana se da buena. La alimentación saludable y lo de beber dos litros de agua al día, se ha quedado ya en el olvido. Y tú, lleno de tristeza te preguntas ¿dónde está mi motivación? Ahora pegaría una risa maléfica como la de las películas de dibujos, un primer plano de unos ojos con una ceja arqueada hacia arriba y un silencio impactante antes de que unos labios pronuncien la temida frase: “Amigo mío, la motivación no viene por arte de magia, te la tienes que buscar tú”.

De primeras, todo esto no parece muy alentador, pero la buena noticia es que una vez te recuperas del planchazo y de la dura realidad, has dado el primer paso en la adquisición de todo nuevo hábito: tú tienes el control. Y en eso, al final, es tener poder: tú decides, tú controlas, tú eres el dueño de tu destino. Créeme que esto, al final, engancha.

Si necesitas un empujón para tu adherencia al ejercicio físico aquí tienes unos consejos:

  • Promulga a viva voz que tienes un nuevo propósito: el compromiso social es un pequeño empujón que, cuando te apetece abandonar, una voz en tu interior dice “¿qué te van a decir todos los demás?, ¡con lo que te animaron y creyeron en ti!”.
  • Sal de tu zona de confort. Eso de probar otros ejercicios, clases diferentes o un grupo nuevo de entrenamiento te puede descubrir un mundo que te reporte gran satisfacción, y pasarlo bien es fundamental para no abandonar.
  • Deja de lado todos esos pensamientos que no suman. Esos que te adivinan el futuro y te dicen que, al final, pasará lo de siempre y lo dejarás; esos que susurran a tu oído que todos te miran y se ríen de ti cuando entras cual novato en una clase de zumba. Y si te estorban mucho, cuenta con la ayuda de un profesional que te ayude a combatirlos.
  • A veces abandonamos porque nos ponemos objetivos de forma incorrecta y percibimos que fracasamos. Eso desmotiva a cualquiera. Establecer objetivos realistas y apropiados para ti, teniendo en cuenta tu situación, es fundamental para que percibas que progresas y cada día tengas más ganas de seguir avanzando. Un entrenador personal te puede echar una mano en esta tarea.
  • Simplemente, empieza. Cuando estamos en el sofá o tras un largo día de trabajo es cierto que no suele haber muchas ganas. Pero las teorías psicológicas científicas dicen que cuando empiezas, al final obtienes algo de disfrute, por poco que sea, y esa sensación aumenta por momentos.

Hay muchos consejos para no abandonar tu nuevo hábito, ponte manos a la obra con estos y poco a poco, seguiremos avanzando.

 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada

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