¿Huyes o avanzas?

Dicen que las dificultades que nos encontramos en nuestro camino nos preparan para destinos extraordinarios. Pero eso será, si realmente nos enfrentamos a ellas, porque está claro que no todas las personas las encaramos ni lo hacemos siempre de la misma forma. Ante una dificultad existen, en general, cinco formas de actuar.

La primera de ellas, podríamos llamarla “vacilación”. Imaginemos un delantero que inicia una acción con un objetivo claro: marcar gol; pero en el camino se encuentra un defensa. Si en ese momento, duda de lo capaz que es para superar esa barrera que acaba de encontrarse, está usando la “vacilación”. Si quiero conseguir una cita con una persona y me encuentro que me pone una pega y dejo de creer que podré salirme con la mía, estoy haciendo lo mismo. Igual ocurre si intento conseguir un trabajo y titubeo en la entrevista de trabajo. Cuando dudo sobre mí mismo, cuando dejo de tener confianza plena en mis capacidades, mi forma de actuar también se convierte en vacilante, insegura y así se lo demuestro a los demás.

Mi cuerpo no está preparado, mi mente menos despierta y la misma duda, el mismo miedo de fallar, al final, atrae el fallo.

Aunque mejor vacilar que no llevar a cabo la estrategia de la “retirada” y abandonar por completo mi objetivo. Desgraciadamente, muchos de nosotros hemos optado alguna vez por esta opción, y lo único que nos queda al final es el lamento de no haberlo intentado y dicho lamento empaña el resto de nuestras acciones: el futbolista pierde eficacia en su juego, se enfada el resto del partido por haber perdido esa ocasión, y el que quiere la cita… ¡se tira de los pelos por haber dejado escapar a la chica de sus sueños! y no lo intenta con ninguna otra.

El resto de las otras tres opciones sonmás positivas, o al menos, nos acercan un poco más a conseguir aquello que deseamos. Si el futbolista decide, al encontrar el defensa, realizar un pase a un compañero que quizá se la pueda devolver después y entonces encarar la portería, está usando la estrategia del “logro indirecto”. Es decir: tengo claro mi objetivo pero busco la manera más efectiva de sortear el problema que encuentro en mi camino. Otras veces, decidimos buscar una “meta alternativa”: si ahora no puedo ganarle directamente el duelo a este defensa, puedo lanzar un balón alto o echarla fuera. Cambio la meta sin sentirme mal por ello. La última estrategia es el “ataque directo”: lucho contra la barrera, compenso de alguna manera para hacerme fuerte ante la dificultad y avanzo, avanzo, avanzo.

¿Alguna vez te has parado a reflexionar cómo sueles actuar tú ante las dificultades que te encuentras? ¿Insistes o desistes? Al final, la cuestión es clara: ¿huyes o avanzas?

 Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post relacionados

Entrenando a un coach. Industria del Tenis

 Tu pasión: el tenis. Tu sueño: entrenar jóvenes tenistas. Los pilares para ello: tu amplio conocimiento sobre este deporte. El as bajo tu manga: tu ilusión. Pero, ¿cuál es el secreto para sacar todo el rendimiento de ellos? No solo podemos saber de tenis. No podemos olvidar que estamos tratando con personas y personas es … saber más

¿Qué es la autoestima?

Cada vez que en consulta pregunto qué es la autoestima, obtengo respuestas muy diversas. Y es que en realidad, no tenemos muy clara esa idea. Sin embargo, sí que sabemos dar una rápida respuesta cuando decimos si tenemos una autoestima alta o baja. ¿Qué NO es autoestima? “Cómo de bueno creo que soy”: hace referencia … saber más

Cómo afectan las redes sociales a la salud mental

¿Alguna vez te has parado a pensar cuántas horas al día pasas al teléfono móvil? Lo usamos para todo: escuchar música, hacer la lista de la compra, comprar ropa, planificar nuestras vacaciones, trabajar, estudiar e incluso para comunicarnos con familiares y/o amigos. Y es que piénsalo, vayas a donde vayas, siempre llevas el móvil debajo … saber más

Desconectar en vacaciones

Y el séptimo día… descansó. Hasta eso dijeron de Dios: que también se tomó sus vacaciones. Y es que para todos es necesario este merecido descanso. Durante todo el año trabajamos duro y vamos agotando nuestras pilas. Por desgracia el ser humano no es una fuente inagotable de energía y en algún momento tenemos que … saber más

El síndrome Post-Erasmus. Europa, ¡que voy!

Algunos estudiantes que vuelven de Erasmus sufren lo que se ha denominado el «Síndrome PostErasmus» una serie de síntomas relacionados con la apatía y la añoranza de lo dejado atrás junto con una falta de interés por la ciudad de origen y todo lo que encuentran a su regreso. Puedes leer el artículo completo en … saber más