Ganar por encima de todo
En principio esta es la idea del deporte de competición, ¿cierto? Compites por un puesto, una medalla, un resultado; y aunque tu objetivo siempre debe ser alto y no conformarte, a veces debes tener cuidado con aquello que deseas.
Esto lo veo frecuentemente en la consulta, especialmente en jóvenes deportistas. Sus ganas de ganar son tan altas, que al final pierden más que ganan. Algo que debería empujarles y motivarles (esas ganas de ganar), lo que hace es bloquearles. ¿Qué hay a la base de esta arma de doble filo?
- Ansia competitiva: Este tipo de jóvenes necesita ser los mejores no sólo en deporte, sino también en el resto de ámbitos de su vida. Necesitan destacar en el colegio, entre sus amigos… ¡hasta jugando al parchís!
- Necesidad de demostrar a los demás: pues en el fondo lo que buscan es la aprobación externa. Necesitan que sus entrenadores le recuerden que son buenos; que sus amigos digan que es un chico genial o que es la estrella del club; creo que hasta, en la mayoría de las ocasiones, necesitan demostrar a aquellos que por sentado deberían aceptarlos tal y como son: sus padres.
- Identificación de sus éxitos con su identidad y valía: Esto ocurre así porque suelen confundir lo válidos que son y lo merecedores de amor y respeto con los logros obtenidos. Ahí los padres, entrenadores y demás agentes educadores del niño tenemos un papel principal. Hemos sido nosotros los que ante un éxito (un partido ganado, una buena nota…) hacemos fiestas y no dejamos de repetir “¡bien hecho, eres un crack!” pero se nos olvida a veces decir porque sí un “te quiero por ser tal y como eres, con tus cosas buenas y también las malas”. Es decir, premiamos sólo esos éxitos, puede que demasiado; obviando otros valores fundamentales como el esfuerzo o la superación ante la derrota. Su ambiente también contribuye a esto, pues normalmente también son los amigos los que engrandecen la idea de “más consigues, mejor eres”.
- Miedo a fracasar: Con esta idea anterior… ¿Quién no va a tener miedo a fracasar? Si eres bueno por tus éxitos, tus fracasos te harán malo, con poca valía.
- Miedo al qué dirán los demás: Esta es la repercusión inmediata, “todos hablarán mal de mí”, me decía una jugadora de pádel al describirme una de sus mayores preocupaciones y lo que más teme a la hora de perder un partido.
- Baja tolerancia a la frustración: Estos chicos, suelen tolerar mal no conseguir aquello que desean. Su niño interior estalla en pataletas cada vez que no obtiene su “capricho”, aquello que tanto desea: ganar.
- Baja confianza y autoestima: Para mí, esta es la base de todo, porque si nuestros jóvenes deportistas tuvieran claro que son dignos de nuestro amor tal cual son, ganen o pierdan; si tuvieran claro que lo que importa de verdad son otros valores (el esfuerzo, la responsabilidad, saber sobreponerse…); no centrarían su vida en ganar por encima de todo, se centrarían en mejorar, y desaparecerían esos bloqueos.
Zoraida Rodríguez Vílchez
www.zoraidarodriguezvilchez.es
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada
Contenido supervisado por Zoraida Rodríguez, directora de Zoraida Rodríguez Centro de Psicología.
Zoraida es una psicóloga sanitaria especializada en adultos desde 2005, con experiencia en temas como dependencia emocional, pareja, autoestima, depresión, trastornos de ansiedad y TOC, apoyo a la infertilidad y opositores. Además, cuenta con una acreditación en psicología deportiva y ha trabajado con equipos y deportistas de diferentes disciplinas. Actualmente trabaja en su propia consulta en Granada, involucrada en proyectos interesantes y entregando lo mejor de sí misma para ayudar a sus pacientes a lograr sus metas. Colegiada nº AO05484.