Queridos papás

Ya se han iniciado los Juegos Deportivos Municipales en las modalidades de fútbol sala, baloncesto y voleibol. 6.200 deportistas participan cada fin de semana en competiciones deportivas. Eso nos lleva, aproximadamente, a unos 12.400 papás y mamás pendientes de cómo hoy juega su hijo o hija.

Me gusta mucho decirles a los padres que traen a su hijos a mi consulta que si hay algo que no estamos haciendo bien ahora, “no pasa nada”. Los niños puede que vengan con un pan debajo del brazo, pero desde luego, no vienen con un manual de instrucciones. Podemos, por tanto, sacar la conclusión de que nadie nos ha enseñado a ser padres y que siempre estamos a tiempo de tomar conciencia de si estamos haciendo algo de forma… no tan correcta como deberíamos.

Partamos de la suposición de que queremos lo mejor para nuestros niños. Queremos que su vida sea más fácil, que tengan más y que lleguen aún más alto que lo hicimos nosotros, especialmente si nosotros hemos practicado su deporte. Supongamos que se nos olvida que nuestro hijo/a puede que no sea tan bueno como nosotros queremos, que hay niños mejores, y que, probablemente eso lo haga sufrir. ¡Como la vida misma, vamos! O puede que no nos demos cuenta de que somos su modelo a seguir, y que todo aquello que hagamos, tendrá una gran probabilidad de ser repetido: tanto si es bueno como si no lo es. No nos damos cuenta de que nos tienen en un pedestal. Somos sus papás… y quieren que estemos orgullosos de ellos. Se sentirán inseguros y temerosos si ven que no están llegando al nivel donde ellos creen que nosotros queremos que estén. ¿Suposiciones o… empezamos a reconocer alguna cosa?

Es el momento de echar una mano a nuestros niños cuando compiten en su deporte o… ¡ante cualquier situación a la que tengan que enfrentarse!:

  • Pregúntale qué necesita de ti cuando compite: que lo animes, grites “oé, oé, oé”, etc. Seguro que no te pide ni que le corrijas, ni que insultes al árbitro, ni que te metas con el rival. Todo eso le desconcentra, le genera presión y le pone nervioso. Además, aprenderá que esa es la manera de comportarse.
  • Cuando haga algo mal, anímalo. Tu cara de decepción se percibe aunque estés en la grada.
  • Lo primero, que disfrute. El deportista de éxito, primero disfruta y después rinde. Si no se lo pasa bien, sus jugadas no serán fluidas ni acertadas.
  • Refuerza su esfuerzo más que sus resultados. Si ha cometido algún error, pregúntale qué puede hacer durante los entrenamientos para mejorarlo. Así harás que se responsabilice de su conducta y que sienta control. Es la mejor forma de hacerlo más seguro de sí mismo.

¡Manos a la obra, queridos papás!
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa para IDEAL GRANADA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post relacionados

Martes 13: psicología de la superstición

Hoy, martes y 13, es un día al que muchos le tienen cierto respeto, como poco, y gran terror, como mucho. De hecho, para éste último hay hasta nombre: “trezidavomartiofobia”. El origen de esta superstición viene desde teorías que hablan de los vikingos, hasta que 13 eran los invitados a la Última Cena de Jesucristo; … saber más

Cómo gestionar las rabietas

Los niños pueden manifestar en forma de rabietas la frustración por aquello que desean conseguir y no pueden. Es a los dos años cuando estas empiezan a aparecer y es crucial tener herramientas para poder gestionarlas de manera eficaz y que no se incrementen de manera disfuncional. Desde el análisis de la conducta, una rabieta … saber más

Cómo reconocer si tu hijo siente presión en su deporte

Cada vez tenemos más interiorizado la importancia de que nuestros hijos tengan hábitos de vida saludables, y entre ellos, claro está el deporte es uno de ellos. A día de hoy es raro el niño o la niña que por las tardes no esté apuntado a alguna actividad extraescolar deportiva. El deporte es inherentemente competitividad, … saber más

Coherente con tus valores

Qué importante es ser coherente con tus valores, alinear tu conducta entre lo que dices y lo que haces. Aunque contemplo la posibilidad de cambiar de opinión, cosa a la que todos tenemos derecho, hacerlo según a conveniencia y como si cambiaras de vestido ya no es un derecho, es libertinaje y me resulta devastador. … saber más

No puedo tener hijos: ¿por qué yo?

UN PROBLEMA MÁS COMÚN DE LO QUE NOS IMAGINAMOS “Llevamos ya dos años intentándolo, esto se ha convertido en el centro de mi vida. No dejo de preguntarme: ¿por qué yo, por qué yo?”, me decía Inés en mi consulta. “No entiendo por qué nos pasa a nosotros”, sollozaba. “A mi alrededor todas mis amigas … saber más