celos entre hermanos pequeños

Cómo gestionar los celos entre hermanos pequeños

Los celos son una emoción natural, que aparece como consecuencia de la pérdida en la calidad y cantidad del afecto de dos personas a favor de una tercera, que solemos vivir con un intenso malestar. Esta pérdida puede ser real o imaginada, cuando llega un nuevo hermano los padres no dejamos de querer a nuestro primogénito, pero es verdad que conlleva cambios. En parte es real que el niño recibe menos atención, y esto los pequeños lo viven de manera distinta a los adultos, al no ser capaces de racionalizarlo. Los celos tienen la función de ayudarnos a recuperar y luchar por lo que es nuestro, así que es probable que convivamos con los enfados, rabietas y la tristeza de nuestros hijos cuando sienten celos.

Cuáles son las posibles causas de estos celos

La principal causa de los celos es la llegada de un nuevo hermanito. Con la llegada de un bebé, el hermano, ahora el mayor a la fuerza, tiene que aprender a compartir a sus padres con un nuevo integrante. Un cambio drástico, sobre todo por la serie de cuidados y atención que necesitan los recién nacidos. Estos celos pueden agravarse en casos de excesiva dependencia hacia uno de los progenitores, sobre todo de la madre.

Además, algunos comportamientos de los padres pueden continuar agravando la situación aún más, como las comparaciones entre hermanos o mostrar abiertamente favoritismo hacia uno de ellos o ignorar las conductas motivadas por los celos esperando a que remitan con el tiempo.

Manifestaciones de los celos

Las conductas son variadas y no tienen por qué ir dirigidas directamente al hermano, a través del rechazo o el desprecio. Recuerda que son una manera de tratar de recuperar la atención perdida, así que los padres sois el objetivo directo. Algunos ejemplos son:

  • Conductas regresivas a etapas evolutivas superadas. Por ejemplo, hacerse pis en la cama, coger un chupete y usarlo, querer que lo acunen o volver a tomar del biberón. Piensan que, comportándose cómo su hermano/a pequeño/a volverán a recuperar la atención de sus padres.
  • Desobediencia, negativismo u oposición. Es una forma de liberar la tensión emocional que acumulan durante todo este tiempo. Vivir una situación en la que piensas que tus principales apoyos no están disponibles como antes es verdaderamente estresante.
  • Indiferencia. Se muestran desinteresados por su entorno o por todo lo que tiene que ver con el bebé o el nuevo hermanito. Parece que nada les motiva, incluso ignoran los juegos que más les gustan. Estas conductas suelen aparecen cuando el niño empieza a interiorizar que el nuevo hermanito no se va a marchar.
  • Retraimiento. Puede que el niño prefiera optar por actividades en solitario o apartado de la familia, como manera de buscar su propio espacio y reubicarse en el nuevo organigrama familiar.
  • Somatizaciones. La tensión, los nervios… pueden llevar a producir dolores de estómago, de cabeza o malestar en general. Muchas veces estas quejas son ciertas, pero otras pueden ser una manera de reclamar atención.
  • Agresividad. Se da sobre todo en casos de celos intensos. Cuando aparecen las conductas agresivas, se debe a que el niño es incapaz de controlar su frustración y pierde su autocontrol, dirigiéndolo hacia los padres, o hacia el hermano.
  • Conductas sutiles que tratan de irritar al hermano o al bebé (despertarlo de su sueño con pequeños empujones, quitarle un juguete o el chupete, etc.).

¿Cómo es el perfil del niño celoso?

Cuando los pequeños tienen que hacer frente a procesos de adaptación a la nueva situación familiar es normal que pasen por las siguientes 4 fases:

  1. Transición. Es dónde aparecen los celos normales, al inicio de la llegada del nuevo bebé. Son una señal de que el niño está tratando de adaptarse, pero necesita nuestra ayuda.
  2. Mezcla de emociones. El sentimiento de pérdida propio de los celos se mezcla con otras emociones como el odio, la envidia o la rivalidad. Tenemos que recordar que detrás de esas emociones se encuentran los celos y que el niño se sigue sintiendo muy inseguro o desplazado.
  3. Estallido conductual. Los niños empiezan a manifestar sus celos a través de frases (“pues yo no lo quiero”, “mamá es mía” …) y comportamientos sobre todo de desobediencia que buscan llamar nuestra atención, porque verdaderamente necesitan de nuestra ayuda para ir integrando la situación, no va con segundas intenciones.
  4. Expansión. Si los celos no son atendidos en fases anteriores, es posible que acaben derivado en verdadero odio y un rechazo exagerado hacia los hermanos. Esta etapa es más delicada porque surgen conductas de agresión directa o conductas de fastidio hacia el hermano/a. este rechazo se puede producir también en los padres hacia el hijo, cansados ya de la situación. Es importante que tratemos de empatizar con ellos y ver que detrás del niño celoso sigue habiendo un conflicto emocional sin resolver donde probablemente el niño se vea desplazado, poco querido o inseguro por lo que va a pasar. Necesita ayuda.

Estrategias para manejar los celos

Consejos básicos

Calma ante situaciones tensas. Recordad que es normal lo que está ocurriendo, es una reacción adaptativa y mantener la calma ayuda a transmitirles a ellos la seguridad que necesitan y a nosotros nos permiten poner límites de manera más efectiva.

Cambiar los reproches, las regañinas y los gritos por momentos tranquilos a solas con los pequeños. Pasar tiempo con ellos a solas favorece a la aceptación progresiva del nuevo hermano y disminuye su miedo a quedar desplazados a un segundo plano. Con la llegada de un hermano y la necesaria división o reparto de atenciones es importante que, aunque el tiempo con el mayor disminuya, que no lo haga en calidad.

Atender a las conductas positivas. Es mucho más eficaz atender a esos momentos de acercamiento al hermanito, que regañar por las llamadas de atención, los berrinches… Estamos moldeando su conducta. Es importante trabajar esto con la pareja, para que podáis coordinaros y uséis las mismas estrategias para afrontar situaciones. Si somos sistemáticos, la situación cambiará antes.

Límites ante conductas desobedientes y agresiones. Que sea recomendable atender hacia las conductas positivas no significa que no haya que actuar poniendo normas que le ayuden a saber qué está mal y que es adecuado. Muchas veces da miedo porque sabemos que lo están pasando mal, pero esperar simplemente a que desaparezcan estas conductas no suele dar resultado.

Consejos para preparar la llegada de un nuevo hermanito/a:

Antes del nacimiento, comienza a anticiparle a tu hijo/a qué va a significar la llegada del bebé, de manera positiva y adaptada a la edad, de manera que vaya integrando que el bebé que está por llegar es uno más de la familia. Puede ayudar tener contacto con otros bebés, para que descubran lo que es. Hacer los cambios en casa con suficiente antelación e intentando que las rutinas cambien lo menos posible (una de las principales fuentes de estrés en la infancia).

Cuando el nuevo hermano llega, también es importante darle un papel importante en el nacimiento del hermano (puesto que la atención suele ir hacia el recién nacido). Por ejemplo, que el momento de presentárselo sea especial, cuidando el tiempo a solas con el hermano mayor…

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