Entendiendo las rabietas, una guía para padres - Centro de psicología Zoraida Rodríguez

Entendiendo las rabietas, una guía para padres

¿Qué son las rabietas y por qué ocurren?

La rabieta, el berrinche o la pataleta, es ese conjunto de comportamientos que empiezan a aparecer a partir de los 2 años y que, si tuviésemos que definirlas con una palabra, diríamos que se tratan de una “explosión” de emociones, principalmente frustración e ira. Podríamos pensar que es un simple enfado, pero se diferencia de estos en la intensidad. Cuando los más pequeños tienen una rabieta están en pleno ataque de rabia.

Suelen aparecer a partir de los 2 años y se mantienen aproximadamente hasta los 4 años. Esto no quiere decir que no puedan manifestarlas antes o después, cada niño es diferente, pero es cierto que aparecen en esta etapa con mayor frecuencia. Pese a ser un fenómeno normal, es uno de los motivos de consulta por problemas de conducta en la infancia, por el malestar que producen a la familia entera.

¿Qué ocurre durante una rabieta? Gritos, lloros, pueden tirarse al suelo y patalear, tirar cosas, pegar, hacerse daño a sí mismos… De todo. Es como si se produjese un pequeño cortocircuito en su cerebro. Solo hay cabida para expresar malestar, y de nada parecen servir nuestras palabras, nuestros gestos de consuelo, o los límites que intentamos ponerles para que paren. Por así decirlo, cuando los pequeños estallan, parece que no hay nada que hacer.

¿Por qué aparecen las rabietas? Generalmente, suele haber un detonante tras una rabieta e identificarlo es el primer paso para gestionarla o prevenir rabietas futuras. Es cierto que no siempre es evidente y a veces tendremos que pararnos un poco a identificar el motivo. Entre los motivos más frecuentes nos encontramos:

  • Necesidades básicas no satisfechas. Cansancio, sueño, hambre… Otras veces se debe a que llevamos todo un día muy ajetreado de un lugar para otro y se nos ha olvidado que necesitan juego y movimiento libre. Otras veces es una llamada de atención, que necesitan pasar tiempo jugando con nosotros.
  • Falta de información. Un ejemplo muy frecuente es la llegada de un nuevo hermanito/a. Las rabietas se intensifican, empezamos a ver celos en ellos. Muchas veces, detrás está el miedo o la incertidumbre de no saber qué va a pasar en casa, con un nuevo individuo que pasa mucho tiempo con mi mamá y yo no entiendo por qué después de un ratito no se va.
  • Necesidad de descargar y liberar tensiones. Sí, las rabietas son un modo de liberar esa emoción contenida, es una estrategia más. Adecuada para un cerebro en desarrollo que aún no puede aprender otras estrategias que le ayuden a manejar la información y sus emociones sin estallar.

¿Cómo afectan las rabietas al desarrollo infantil?

Las rabietas son una señal de que se están produciendo cambios en su cerebro, que se están generando nuevas conexiones entre neuronas y que están aprendiendo cosas nuevas. En esta etapa nuestros peques aprenden a identificar que quieren algo, y que lo desean. Pero todavía están aprendiendo a gestionar que no siempre pueden tener lo que quieren y, claro, cuando el disgusto es tan grande que no puedo consolarme a mí mismo/a, aparece la rabieta, porque solo me queda dar rienda a mis emociones para deshacerme de ellas.

Cómo reaccionemos a ellas puede afectar al desarrollo. Si reaccionamos ante ellas dándoles lo que quieren, casi de inmediato para no lloren, lo que estamos facilitando es que aprendan a usar la rabieta como estrategia para conseguir aquello que quieren. Por otro lado, al intentar sobreprotegerles, estamos generando mayor sufrimiento a largo plazo, porque no aprenden a tolerar la frustración ante el “no”. Aunque no queremos que nuestros hijos sufran, al decirles que “no” están aprendiendo algo valiosísimo para la vida adulta, que a veces no podemos conseguir todo lo que queremos.

Si actuamos como si no pasase nada y los ignoramos, sin atender a sus demandas cuando se calman (cuando hay una necesidad no satisfecha) o sin refuerzo positivo por haber conseguido calmarse, el aprendizaje que se producen es distinto al que queremos conseguir. No dejan de llorar porque hayan aprendido que llorando, no se piden las cosas, dejan de llorar porque se dan cuenta de que no sirve de nada. Se van a seguir sintiendo mal, solo que actuarán como si no pasase nada y, con el tiempo, se generalizará a otras situaciones en las que se sientan angustiados, indefensos, tristes, etc.

En cambio, si acompañamos en su malestar, dejando que lo experimenten, ayudándoles a poner palabras a este malestar y estableciendo límites y normas, les estamos ayudando: primero, a conocer sus emociones y segundo, a autorregular sus emociones y conductas a través de los límites. En el siguiente apartado te dejo algunos tips que, si bien no van a hacer que desaparezcan las rabietas, te ayudarán a sobrevivir a ellas.

Estrategias para el manejo de rabietas

  1. Mantente lo más calmado posible. Aunque a veces es difícil, a ellos les estamos transmitiendo seguridad y estabilidad.
  2. No te enfades, no pegues ni amenaces. Lo único que conseguimos es que la rabieta se incremente, generando más miedo, frustración y el sentimiento de sentirse incomprendido.
  3. Di “no” con cariño. Establece tus límites y mantenlos, le ayudará a tener claro que no vas a ceder. Puedes añadir una breve explicación de tus motivos, de forma muy concisa. Por ejemplo, “ahora no podemos quedarnos en el parque porque hay que volver a casa a preparar la cena”. Esto ayuda a que vayan desarrollando su razonamiento, pero es importante que sea algo corto y conciso. Explicaciones muy elaboradas solo crean mayor confusión.
  4. No razones durante una rabieta, hazlo cuando la intensidad de esta haya comenzado a disminuir. Recuerda que en plena rabieta el cerebro de tu hijo/a sufrido esa especie de cortocircuito que imposibilita incorporar otra información aparte de “me estoy sintiendo mal”.
  5. Válida sus emociones reflejándolas a través de comentarios como “veo que estás muy enfadado” o “te apetecía mucho comer esa chuchería ahora, ¿verdad?”. Esto tiene un efecto calmante y les ayuda a comprender sus emociones, pero solo surtirá efecto cuando la rabieta empiece a disminuir.
  6. Indícales, un comportamiento alternativo incompatible con tener una rabieta o indícales con cariño qué quieres que hagan. Por ejemplo, “cuando estés mal calmado hablamos”. Esto les irá ayudando a ganar más estrategias para gestionar sus propias emociones durante la rabieta. Es importante no hacerles sentir que están solos, podemos decirles: “mamá y papá vamos a estar jugando con la hermanita, cuando te calmes estamos aquí, puedes unirte”
  7. Ofrece tus brazos cuando se haya calmado, no hay nada más reconfortante que saber que tus padres están ahí.
  8. Deja que experimente la rabieta sin contener físicamente. La única excepción es cuando tu pequeño/a corre riesgo de hacerse daño o está dañando a otras personas u objetos.
  9. Sé consistente en tu forma de gestionar las rabietas. De nada sirve que apliques estas estrategias unas cuentas veces y otras no. De igual manera, es importante que ambos progenitores apliquéis las mismas estrategias de forma consistente.
  10. Trabajar la prevención de rabietas. Aunque ya sabemos que en muchas ocasiones son inevitables, poner límites y normas ayudará a prevenirlas en mayor medida.

Ana Soria
Psicóloga Sanitaria en Zoraida Rodríguez Centro de Psicología

Post relacionados

Tipos de apego y repercusiones

El tipo de apego que establecemos con nuestros hijos puede ser relevante y decisivo para el resto de la vida del niño. Pero, ¿qué es el apego? El apego deriva de la interacción que se produce entre los padres y el hijo y la capacidad de esta relación de proporcionar, o no, seguridad, cercanía, protección … saber más

Beneficios psicológicos de la Media Maratón

Suena el despertador y una sensación de ilusión, ganas y nervios (pero de los buenos) me invade. Hoy corro la Media Maratón de Granada. A medida que me voy poniendo la equipación, las zapatillas, voy planificando el recorrido: dónde quiero apretar más, en que avituallamiento pararé o cómo pasaré a mi compañero de running (que … saber más

Como superar una ruptura cuando todavía se ama

Si te acaban de dejar y aún amas, te estarás preguntando: ¿cómo es posible que esto haya ocurrido?, ¿cómo no lo vi venir?, ¿cómo no me di cuenta de que esto iba a llegar?, ¿tengo yo toda la culpa?, ¿podría haber hecho algo para que esto no ocurriera?, ¿volverá a mi lado?… Un cúmulo de … saber más

Más allá del límite

Este fin de semana ha tenido lugar, en el Poniente granadino, la carrera “Última Frontera” en la que más de 100 atletas ponen a prueba sus límites. Con una distancia máxima de 166 kilómetros, muchos nos preguntamos cómo un deportista es capaz de superar una prueba de tal magnitud; y más aún, cómo son capaces … saber más

Motivar no es dar premios

Muchos entrenadores se estrujan las ideas para averiguar cómo motivar a sus deportistas y sacar lo mejor de ellos. Está claro que una persona motivada rinde mucho más que uno que no lo está y que compite con desidia o por inercia. Pero no todo vale en términos de motivación. Motivación no es tener ganas … saber más

Respiración abdominal para controlar el estrés

El arousal, el nivel de activación que tiene mi cuerpo a la hora de competir, fue el tema que tratamos la semana pasada. Es frecuente que ante una situación tan importante para nosotros, nuestra activación aumente más de la cuenta. La respiración abdominal es una de las estrategias que puedes utilizar para regular esta activación … saber más