¿Cómo motivar a mi hijo a estudiar?
La motivación desempeña fundamental en el desarrollo académico de los niños y adolescentes. No obstante, encontrar la manera de motivarles para que estudien puede representar, en muchas ocasiones, un desafío para los padres y madres. En este artículo presento algunas reflexiones y aspectos a tener en cuenta, para ayudarte a comprender mejor a tu hijo/a y motivarle de forma positiva.
Comprende a tu hijo
Es fácil comprender, desde la perspectiva de los padres, la importancia del estudio. Todos deseamos que nuestros hijos estudien para asegurarse un buen futuro, pero ¿te has parado a pensar qué es lo que impide que tu hijo/a esté estudiando en el presente?
Quizá sean sus intereses o que muestra más habilidades en unas áreas que otras. Por ejemplo, puede que le apasionen las letras y que las matemáticas no le gusten, porque no se le dan bien, se frustra, y acaba esforzándose menos en esas asignaturas. Conocer sus preferencias e identificar sus puntos fuertes será esencial para proporcionarle el apoyo que necesite y enfocarle en lo que realmente le motive.
En ocasiones nos desconcierta su comportamiento, porque los “malos” resultados vienen de la noche a la mañana. En estos casos, es útil preguntarles a ellos y a nosotros mismos qué cambios podrían haber afectado a su rendimiento académico. A veces, detrás de unas malas notas se esconde el miedo al fracaso, una falta de hábitos saludables de estudio, ansiedad, estado de ánimo, problemas en el colegio/instituto… Escuchar los motivos de tu hijo/a y comprenderlos es el primer paso para poder ayudar.
Mejora la comunicación
Para comprender, necesitamos trabajar la comunicación. Fomenta un ambiente donde tu hijo/a se sienta cómodo expresando sus preocupaciones, dificultades o metas académicas. Escucha sus opiniones y dilemas, mostrando empatía y apoyo.
Procura involucrarte en la vida académica de tus hijos para fortalecer la comunicación. Pregunta acerca de sus intereses, actividades extraescolares o cualquier dificultad que puedan tener en el colegio. De esta forma, les demuestras lo importante que es su bienestar para ti.
Además, intenta ponerte en su lugar, independientemente de tu opinión como padre/madre adulto. Recuerda tu experiencia como estudiante. ¿Te gustaba estudiar? ¿Obtenías malas notas o tenías problemas para ponerte? ¿Cómo reaccionaban tus padres cuando sacabas malas notas? ¿Crees que eran demasiado estrictos, o pasaban por completo de ti y eso te acababa frustrando más todavía? Ahora, como padres, entendemos mejor las razones que podían nuestros padres, incluyendo en la forma de actuar como padres. Sin embargo, eso no significa que sea lo que necesitan nuestros hijos. Párate y escucha, solo podrás adaptarte a tu hijo/a comprendes sus necesidades.
No ejerzas presión
Es natural que nos preocupemos por que obtengan buenos resultados, a muchos nos han educado de esta forma, enfocándonos a sacar la máxima nota posible y exigiendo el máximo esfuerzo para lograrlo. El exceso de presión puede generar estrés, ansiedad y desmotivación, haciéndoles sentir que nunca es suficiente lo que hacen, dañando su autoestima y tu relación contigo.
Siempre digo que es tan perjudicial es la ausencia de interés o la libertad absoluta en el estudio de nuestros hijos, que la excesiva exigencia de responsabilidad y notas elevadas.
¿Cuál es tu objetivo con todo esto? ¿Buscas que se esfuercen para convertirse en adultos capaces de adaptarse a la vida? En lugar de exigir y presionar, crea un ambiente de apoyo. Reconoce y celebra sus logros, por pequeños que sean. Siempre habrá aspectos que mejorar, pero eso no significa que no debamos reconocer el esfuerzo y las mejoras logradas. No se alcanza la perfección de un día para otro.
Establece expectativas realistas y valora el esfuerzo por encima de los resultados. Refuerza el mensaje de que el aprendizaje es un proceso continuo y que los errores son oportunidades para aprender y crecer.
Estimula su aprendizaje
Ofrece estímulos y herramientas adecuadas que puedan despertar el interés de tu hijo/a por el estudio. Enséñale a utilizar las nuevas tecnologías de manera que estas sean una ayuda para el aprendizaje y no un obstáculo. Crea un espacio de estudio agradable y organizado, sin distracciones y con los recursos necesarios al alcance.
Una buena forma de fomentar el interés por el estudio y reforzar lo aprendido es a través del juego. Por ejemplo, a través de aplicaciones para trabajar las matemáticas como “Monster Number” o “El rey de las matemáticas”, o juegos de mesa y actividades que ayudan a mejorar la lectoescritura, la atención o la memoria.
Además, incentiva la exploración y el descubrimiento. Planifica actividades fuera del entorno académico tradicional, como visitas a museos, excursiones a la naturaleza o experimentos científicos simples. Esto ayuda a dar una perspectiva más tangible de aquello que estudian. También ten en cuenta sus intereses. Algunos niños pueden estar más motivados por la música, el arte o el deporte, y encontrar la manera de relacionar estos intereses con el estudio puede despertar su entusiasmo por aprender.
Ayúdale en todo lo que puedas
- Considera su estilo de aprendizaje. Algunos niños aprenden mejor a través de métodos visuales, mientras que otros aprenden mejor mediante la experiencia práctica.
- Ayúdale a establecer metas realistas y alcanzables. Aunque el objetivo final sea aprobar el curso con una media de notable, si en este trimestre lleva varias asignaturas suspensas, la prioridad sería centrarse en superar esas asignaturas.
- Fija objetivos pequeños y concretos que ayuden a alcanzar otros objetivos más grandes. Esto les hace tener la sensación de que la recompensa no está tan demorada en el tiempo y les ayuda a ver su progreso en el tiempo.
- Reconoce el esfuerzo y celebra los logros. Si no obtiene los resultados esperados, aliéntalo a continuar y ayúdale hacer autocrítica de los aspectos que pueden mejorarse para la próxima, de forma ajustada, sin ser demasiado exigentes.
- Ayúdale a tener un horario fijo de estudio que le permita construir un hábito. Además, incluye actividades de ocio y tiempo libre después de terminar sus obligaciones, para que refuercen la conducta de estudiar y les haga tener un espacio de descanso.
- Crea un entorno que favorezca la concentración. Conviene que siempre estudien en el mismo espacio y que este sea un lugar aislado y con buena iluminación. Deben tener al alcance todo el material necesario, para evitar que tengan levantarse y distraerse.
- Ayúdale con los repasos, así como las dudas que tenga. Es un buen momento para poder hacer un seguimiento de su estudio y una oportunidad para reforzar por el buen trabajo.
- No compares. Ya te habrás dado cuenta, que cada niño/a tiene unas necesidades diferentes y un estilo de aprendizaje distinto. Si lo que ha funcionado con su hermano/a mayor no funciona con él/ella, se debe a que son distintos. Solo vamos a añadir más presión y frustración, además de una mala relación con sus hermanos/as.
En conclusión, motivar a tu hijo a estudiar requiere comprensión, comunicación efectiva, ausencia de presión, estímulos adecuados y apoyo constante. Al seguir estos principios, estarás sentando las bases para fomentar una actitud positiva hacia el aprendizaje, ayudando a tu hijo a alcanzar su máximo potencia académico y personal.
Ana Soria
Psicóloga de Zoraida Rodríguez Centro de Psicología
Contenido supervisado por Zoraida Rodríguez, directora de Zoraida Rodríguez Centro de Psicología.
Zoraida es una psicóloga sanitaria especializada en adultos desde 2005, con experiencia en temas como dependencia emocional, pareja, autoestima, depresión, trastornos de ansiedad y TOC, apoyo a la infertilidad y opositores. Además, cuenta con una acreditación en psicología deportiva y ha trabajado con equipos y deportistas de diferentes disciplinas. Actualmente trabaja en su propia consulta en Granada, involucrada en proyectos interesantes y entregando lo mejor de sí misma para ayudar a sus pacientes a lograr sus metas. Colegiada nº AO05484.